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JBL ha refinado sus antiguos monitores para crear la nueva línea MkII de la serie 3. Probamos el modelo medio de la serie, el 306P, y nos alegra informar que estos altavoces son ciertamente mejores que sus predecesores, y eso ya es bastante decir. En lo que a nosotros respecta, los 306P MKII están entre los monitores de estudio con mejor sonido que se pueden comprar por su asombroso precio, e incluso muy por encima de ese rango.

Características y diseño
La estética negro azabache de la serie LSR300 se viste un poco más en el MkII, con plástico brillante que ahora rodea el tweeter y el woofer de cada altavoz como una elegante chaqueta de esmoquin.

Además del cambio puramente estético en la parte delantera de los altavoces, aquellos con un ojo agudo notarán que JBL también ha ajustado el diseño de su tecnología patentada de Guía de Ondas de Control de Imagen (Image Control Waveguide o ICW) alrededor del tweeter para una imagen estéreo aún mejor que la del LSR305. Lo que parece un cojín almohadillado acunando cada tweeter es en realidad un empleo extremadamente preciso de ingeniería acústica de primer nivel, diseñado para ampliar el punto dulce de los altavoces.

La tecnología Waveguide es uno de los mayores beneficios que obtienes cuando compras un altavoz de nivel básico de una gran compañía de audio como JBL. La tecnología se desarrolló primero para los monitore M2 de la compañía, que originalmente se vendían por 26.000 dólares.

Bajo el capó, JBL también ha ajustado el tweeter y el woofer, con el objetivo de proporcionar una respuesta en frecuencia más lineal a volúmenes más altos. Cada altavoz es alimentado por dos amplificadores clase D de 56 vatios (uno para cada woofer, uno para cada tweeter), proporcionando una enorme cantidad de volumen para un altavoz de tan pequeño perfil. Al igual que en la generación anterior, se puede obtener la nueva serie 3 en variantes de woofer de 5 y 8 pulgadas junto con un tweeter de 1 pulgada, pero la compañía también ha añadido una versión de 6,5 pulgadas para el modelo 306P que probamos. Es un buen término medio que ofrece un mayor rendimiento de bajos de las 5 pulgadas, pero quizás sea más adecuado para habitaciones más pequeñas que los altavoces de 8 pulgadas.

La parte trasera de cada altavoz tiene una entrada de alimentación de tres puntas, un interruptor de encendido y entradas balanceadas XLR y TRS. También hay interruptores de ajuste de baja y alta frecuencia, que pueden utilizarse para ajustar las ubicaciones menos ideales, lo que le permite reducir un poco los bajos si los coloca en las esquinas o directamente sobre un escritorio, y aumentar o reducir las altas frecuencias, dependiendo de la acústica de la habitación. También hay un control de volumen en cada altavoz, que permite ajustar el volumen directamente o configurarlos de manera que nunca superen el volumen máximo deseado, independientemente de la intensidad con que se les envíe la señal.

Al igual que con la mayoría de los monitores de estudio, querrás tener una interfaz de audio dedicada u otro dispositivo que pueda enviar la señal a los altavoces a través de los cables TRS o XLR de ¼” de su computadora u otro dispositivo de audio externo. Sospechamos que la mayoría de las personas interesadas en un altavoz estilo monitor de estudio ya tienen uno, pero hay una serie de grandes interfaces en el mercado a precios asequibles para aquellos que no lo tienen.

Probamos los monitores 306P MkII en nuestro estudio pequeño (un cuarto pequeño de nuestras instalaciones tratado acusticamente), conectándolos a una interfaz Presonus Quantum a través de la sección de salida de monitoreo TRS en la parte posterior, y conectando los cables a las entradas XLR en la parte posterior de los altavoces.

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